Alba




Conquistadas


Me invitó a amar, me desnudás en las madrugadas y me habló de lo bonito.

Se fue sin avisar, me dejó volando sola en Xiloa, como la típica novia de Tola.

Caminé hacia la tribu, lo evoqué en mis memorias, se unieron a mi despecho y no pude evitar llorarle.

Pensé en regalarle diademas y plumas, pero mis ojos le ofrecieron lágrimas para obsequiarle una laguna. Todo fue en vano.

Fue, vino, se robó el oro del cacique y me dejo preñada. Sí, eso soy, una mocuana preñada del burgués que se metió en mi cama.

Las mestizas, cargamos la eterna condena de ser conquistadas, ultrajadas y abandonadas. Al parecer siempre seremos las novias de Tola.

   Alba Nohelia Ortiz Aragon

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