Vicky



Fotografía PEDCA-Karebarro- Rio Amak- RBB.

¿Quién no quisiera creer en cuentos chinos?

Cuando se apunta la Luna, el tonto se queda mirando el dedo
(Proverbio Chino)

-"La destrucción del planeta es inevitable, como lo es evitar envejecer y morir. - No creas que con la construcción de 7 zonas francas a orillas del río Bocay, estaríamos propiciando que el medioambiente se descontrole, que colapsen los pueblos y ciudades, los bosques, los animales, eso simplemente es la evolución, como cuando el diluvio bíblico, como cuando desaparecieron los dinosaurios" -. 

Ese fue el discurso de uno de los miembros de Karebarro, ingeniero en Recursos Naturales Renovables, durante 12 horas de trayecto sobre el río Bocay, hasta que llegamos al pequeño pueblo de Ayapal, regresábamos de Amak, Bosawas. ¿Imaginan ustedes cual   debió haber  sido el estado de ansiedad de aquel chavalo en aquel momento? como para soltarnos semejante sopa, ante el paisaje maravilloso que nos mostraba las riveras del Bocay, en plena reserva. Hambre, sed, insolación, frío  claustrofobia, y para colmo se había agotado la reserva estratégica de caramelos con chistes gallegos. 

A nivel mediático existimos tres clases de opinadores, los partidarios de los gobiernos, que suelen ver todas las iniciativas de estos como si fueran la panacea- ¡lindo todo!-. Los opositores, quienes al igual, o peor que los anteriores, suelen mantener de forma casi aberrante-obsesiva, una actitud hostil ante todo lo que del gobierno venga. Para estos segundos, al igual que los primeros, el discurso es repetitivo y constante, aburrido. 

El tercer opinador, es el que no se coloca de ningún lado, pero que siempre es encasillado por uno y otro bando. Este tercer opinador, suele ser cauteloso, analítico y sensato. Piensa, escucha y observa, luego escribe. Y hay todavía uno más, decía mi difunto y sabio maestro Chepe Molina, el cuarto opinador, es el “valeverguista”, nada le importa, pero siempre está allí, opinando cualquier “pendejada” para sacar de contexto a medio mundo, cuando más caliente se pone la cosa. Decía Chepe que estos eran los mejores. 

Como opinadora, me atreveré a colocarme en el grupo de la tercera tendencia, es decir los independientes como les dicen en Nicaragua.
No deseo escribir nada de lo que más adelante pueda arrepentirme, y echarme atrás antes de finalizar el año, como hacen muchos. 

Siendo yo ambientalista de nacimiento, jamás imaginé repetir tan seguido, dos momentos tan extraños y desconcertantes en mi vida, cuando en pleno ejercicio de esta profesión que tanto amo,  cierto joven estudiante podría regresarme en el tiempo de aquel día y aquellas 12 horas interminables, ante aquella extraña conversación  sobre un bote diminuto, navegando el rió Bocay. 

Viernes 14 de Junio, asignatura: Español, 43 estudiantes de primer año de Ingeniería Agrícola. Modelo académico de enseñanza, “socioconstructivismo ecológico”, “Aprender haciendo”. – A ver muchach@s, un voluntario para poner en práctica el tema de hoy: Expresión Oral-. 

El joven voluntario deberá construir un discurso convincente sobre las perspectivas económicas, las consecuencias políticas y el impacto ambiental de la construcción del canal interoceánico en Nicaragua. 

Abrimos el juego, un joven menudo y sencillo se pone de pie, toma un cuaderno de apuntes e inicia,…… bla,bla, bla, bla, bla ( Dos días antes había asistido a conferencia gubernamental sobre los beneficios de la construcción del Canal interoceánico). ¡Alabado sea el santísimo! - diría mi madre- ¡Clase intervención!

Resultado: excelente exposición y dominio del tema. El chavalo estaba más que informado sobre todos los detalles del mega proyecto; un pequeño problema nada más, su tono de vos, aspecto que deberá corregir si es que desea convertirse en vocero y defensor del proyecto que, con magistral dominio recién terminaba de defender. 

Se abrió el debate sobre el escabroso tema, y así pasaron uno tras otro de los jóvenes de aquel grupo de clase. Ninguno de los que sucedieron al primer joven orador pudo superarlo. Quizás uno de ellos, quien logró apenas elevar el tono de su vos hasta convertir su discurso en un momento de gritos y desconcierto. Nadie en la clase, ni el alterado chavalo, logró defender con dominio e información básica sus puntos de vistas, del porqué no es conveniente para Nicaragua la construcción del dichoso canal Interoceánico.

Al finalizar la clase de ese día  tuve que cumplir una promesa hecha al inicio de la discusión a mis jóvenes alumnos, expresarles mi punto de vista personal sobre el tema que hoy día es comida de tres tiempos en cada mesa Nicaragüense.

En principio, si cada estudiante de la Universidad Nacional Agraria, tuviese plena conciencia de cuál es la razón humana, social y política de estudiar en una universidad agraria pública, con fondos pagados con los impuesto del pueblo de Nicaragua, absolutamente todos, deberían de sostener como principio filosófico y político “No al canal Interoceánico”. ¿Porque?: ¿Cuánto tendremos que sacrificar a nivel ecológico, social y político para alcanzar el tan ostentoso nivel económico que promete el mega proyecto? Solo basta con echar un pequeño vistazo interno al impacto social del desarrollo que están alcanzando ciudades como Granada, Estelí y león: Droga, prostitución, pedofilia, etc. ¿Vale la pena pagar este costo por el desarrollo que traerá el dichoso canal? No creo, ese es mi punto de vista. Sin embargo, no considero justo que mi opinión sea la causante de coartar las aspiraciones, quizás contrarias a las mías, de miles de jóvenes y niños, que sí desean ver el futuro de su país con un nivel de desarrollo que ni nosotros, sus padres, ni mis padres, soñamos un día, ni deseamos jamás, simplemente porque amamos la vida sencilla y tranquila que nos procuran estos bosques, ríos y lagos maravillosos. 

Fíjense- continúe diciendo a mis alumnos- yo tenía un jardín de limonarias en la entrada a mi casa, también tenía un gran árbol de almendro que resguardaba mi pequeña sala de los rayos vespertinos del sol destellante de Managua. El jardín estaba descuidado, e invadido por una plaga de zompopos, beneficiarios directos de mi jardín y el olor de sus limonarias. 

Hace unos meses, corté todos los arboles de limonaria y el árbol de almendro, y construí un lindo porche en mi casita. Trasladé algunas maceteras y pequeñas plantas al patio interior- ¡se ven lindas allá!- el jardín está más ordenado y cuidado- ¡todo es lindo!- pero nada logra llenar el vacío que dejaron al frescor de mi sala y la paz en mi corazón, mis limonarias florecidas en invierno, y aquel inmenso y noble árbol de almendro que creció junto a mis hijos. Ahora ya es irreversible.

* Vicky Borge







Comentarios

  1. Ay doña Vicky, por una u otra razón, siempre es bueno decir lo que pensamos: para desahogarnos, para dejar sentado lo que creemos, para ... . En fin, yo no estoy de acuerdo (por ser ambientalista), pero sobre todo porque veo esto demasiado rápido. Es un mega proyecto, atravesará todel país y ya para el otro año quieren empezar....
    Sólo le pido a Dios que nos llene de sabiduría y nos acompañe en lo que se nos viene.

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    1. Bueno Marielita, ya somos dos. De mas esta decirte que Jamás voy a estar de acuerdo con un proyecto que a todas luces pronostica, como cuando se acerca un diluvio, que perderemos mucho mas a nivel espiritual, que lo que el país va a ganar económicamente.

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