Vicky

 

Llorar es cosa de mujeres


Quien me  diga lo contrario no sabe lo que es la vida. No sabe que cada herida  convierte en piedra la sangre que recorre nuestras venas y nos vamos convirtiendo en mujeres de las rocas, en murallas invencibles, en seres de otros planetas, en mujeres de mañana.

¿Quien dice que la leona no relame sus heridas después de feroz batalla? mientras se guarda el orgullo y proseguir con la caza.

¡No! ¡no! el llorar no es de cualquiera. Cada lágrima vertida en un rostro de mujer fortaleza a la guerrera y se nos va despojando la parte mala de adentro. Nos vamos haciendo grandes. Nos seguimos prometiendo volver a ver para atrás cuando se nos venga en gana, ya sin miedo a convertirnos en viejas estatuas de sal.  Siempre hay que ver para atrás, y asi ver lo recorrido, para ver lo que dejamos, para ver a donde vamos sin regresar el camino.

Hay que llorar para limpiar el alma, para guardar rencores, para luchar batallas que nos devuelvan la vida y rescatar la esperanza. Llorar para juntar la fuerza para matar el hambre. Llorar para evitar que lloren nuestros hijos. Que nadie llore de hambre. Que nadie llore de miedo, Jamás.
Llorà cuanto él te pegue mujer. Llorà y guardàte el llanto para hacer una laguna como la de Xiloà y ahogar allí al maldito. 

Hay que llorar, como antes de parir, como después de nacer. Como llorar al dar vida y ver en la cara de tu hijo el vivo reflejo del padre.


Llorar para que al llorar vos ahora ya nadie llore mañana. Porque llorar limpia el alma, cura las heridas y convierte en piedra la carne y evita que te vuelvan  a herir mañana.
Hay que guardar mil rencores, para luchar con más fuerza. Hay que derramar mil llantos y hacer el mundo perfecto.

Barcelona 3 de marzo  2006.

vickyb

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