Lazara Musacea
La concha en mi espalda desprende una costra
un tufo a escusado, a historias “de pueblo”,
a polvos con gusanos en la cuna de una
tiernita.
Mañana toman posesión las nuevas autoridades
“de mi pueblo”,
en sus gargantas están los calzones que ahorré
para mi juventud,
embadurnados de sangre, de fluidos, de
discursos y empleos para jóvenes
y mujeres “del
pueblo”
Puedo bailar desnuda en el polideportivo,
mientras coloco la banda azul y blanco
simulando sexo oral.
El vapor a yegua recién parida que exhale mi
matriz será el consuelo
para la educación que recibimos sentadas en sus
piernas.
Por ahora seguiré comiendo conejos enfermos
sacados de sus mangas.
Sarahi Mendoza
Lásara
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